Costa Rica, una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, es un destino natural de ensueño tanto para los amantes de la naturaleza como para los adictos a la adrenalina. Aunque muchos viajeros centran sus esfuerzos en las selvas tropicales, las cataratas y las playas bañadas por el sol, el espectáculo continúa justo bajo la superficie.

Con sus aguas llenas de nutrientes, la vertiente del Pacífico de este paraíso terrenal atrae a una abundante fauna, incluidos enormes bancos de tiburones martillo.

Si ya le parece emocionante ver a uno de estos depredadores de formas únicas, imagínese verlos llegar por centenares, surcando elegantemente las corrientes en busca de alimento. Ésa es la belleza de Bajo Alcyone, un concurrido punto de inmersión cerca del Parque Nacional de la Isla del Coco.

Esta remota joya se encuentra a 342 millas del continente costarricense y sirvió de inspiración para Isla Nublar en el libro de 1990 «Parque Jurásico», de Michael Chrichton. En la adaptación cinematográfica de 1993, quizá recuerde esta escena cuando el helicóptero descubre la preciosa isla y el equipo aterriza frente a una imponente cascada.

Así es la Isla del Coco en la vida real. Este importante hábitat terrestre y marino es una de las esquinas del «Triángulo de los tiburones martillo», una ruta migratoria entre la isla de Galápagos y Malpelo que atrae a tiburones tigre, tiburones sedosos, tiburones de Galápagos, tortugas verdes y tiburones martillo, lo que la convierte en uno de los mejores puntos de inmersión del planeta para avistar grandes especies.

En estas aguas, no es cuestión de si se ve un tiburón mientras se bucea, sino de cuándo.

Qué esperar en Bajo Alcyone, cerca de la Isla del Coco

 

Hay 20 puntos de inmersión alrededor de la isla del Coco, incluido Bajo Alcyone. Es un lugar muy agitado, así que hay que seguir una línea de amarre -mano a mano- hasta unos 20 metros, situándose en una grieta de las rocas para mirar hacia arriba. En cuestión de minutos, los tiburones aparecerán en gran número por encima de usted.

Esta especie, en concreto, es el tiburón martillo festoneado, y los científicos siguen perplejos sobre por qué forman grupos tan grandes, ya que los tiburones suelen ser criaturas solitarias. Con 6 metros de largo y más de 1.200 kilos cada uno, digamos que no es el típico banco de peces. De hecho, estarás contemplando uno de los espectáculos más raros del mundo.

Aunque son más conocidos por los tiburones martillo, hay muchos otros animales majestuosos que adornan las aguas de la isla del Coco, como otras 11 especies de tiburones, mantas gigantes, tiburones ballena, delfines, orcas, tortugas verdes y tortugas carey. La mayoría de las excursiones duran entre 8 y 10 días, lo que ofrece amplias oportunidades de observación.

En cada punto de inmersión sólo se permite un grupo a la vez, por lo que la única multitud serán los animales. Realmente se encuentra en medio de la nada y, en este caso, merece la pena.

Lo que hay que saber antes de ir

Bucear en la isla del Coco es sin duda una de las actividades más increíbles que se pueden hacer en Costa Rica, siempre que se posea un título de buceo avanzado. Debido a su remota ubicación, la única forma de ver a los tiburones martillo es hacer una excursión de una semana en un barco de buceo.

Las excursiones son tan populares que suelen reservarse con 12 meses de antelación, así que asegúrese de reservar su plaza lo antes posible. Los precios oscilan entre 4.724 y 5.960 dólares por viaje.

Su viaje comenzará en el aeropuerto internacional de San José (SJO), donde su anfitrión le recogerá y le llevará en coche dos horas hasta la ciudad costera de Puntarenas. Desde allí, embarcará y navegará 36 horas hacia el Parque Nacional de la Isla del Coco.

Aparte de los guardas del parque, nadie puede vivir en la isla, así que tu hogar será el barco y el mar abierto. La buena noticia es que estará rodeado de buceadores a los que les gusta nadar con tiburones tanto como a usted, así que habrá mucho de qué hablar.

Para tener más posibilidades de ver a los tiburones martillo, reserve una excursión de junio a diciembre, cuando las floraciones de plancton atraen a tiburones y mantas por igual. Si tiene menos inmersiones a sus espaldas, opte por la estación seca, de diciembre a mayo, cuando las corrientes son menos intensas.

Independientemente de cuándo decida reservar, éste es un viaje que recordará toda la vida.

Yuniet Blanco Salas

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