En cuanto los huéspedes se acercan al hotel Fuji Speedway, que goza de la presencia del monte Fuji en Oyama (Japón), su circuito homónimo se hace notar.

El sonido desgarrador de los coches de carreras llena el aire y hace vibrar los huesos mientras los pilotos profesionales dan vueltas en vehículos que pueden alcanzar los 180 mph esprintando por la recta. Está justo detrás de la nueva propiedad, y se puede ver desde sus patios y balcones.

El hotel, miembro de la Unbound Collection de Hyatt Hotels Corp., ha sido desarrollado por el Grupo Toyota, propietario del Fuji Speedway desde el 2000. Su objetivo es convertir el circuito y sus alrededores en un destino para todo el año, combinando la emoción de las carreras con la indulgencia de un hotel de lujo.

El otro lado de la propiedad ofrece su propia fuente especial de inspiración, con impresionantes vistas del monte Fuji; el pico más alto de Japón está a sólo unos kilómetros de distancia, o aproximadamente a una hora de sinuoso viaje en coche.

Pulsar el botón de la mesilla de noche para abrir las cortinas de la habitación y contemplar un increíble amanecer en el Fuji-san es una forma impresionante de empezar la mañana.

El circuito no es sólo para ver las carreras, por supuesto. Se anima a los huéspedes a que vayan ellos mismos, ya que el establecimiento organiza visitas entre bastidores y experiencias reales de carreras, lo que permite a los viajeros hacer realidad sus sueños de F1 en la pista.

Los huéspedes pueden llevar sus propios vehículos a la pista, por un precio simbólico, para dar un par de vueltas. También hay disponibles varios tipos de alquiler, con opciones como un GR Yaris RZ High Performance o un GR Corolla RZ Morizo Edition, así como vehículos con transmisión automática o manual.

El simulador lleva a los conductores a una pista virtual de Fuji, ofreciendo una visión envolvente de 180 grados a través de un conjunto de tres pantallas planas, junto con un asiento de carreras completo, una caja de cambios, un volante y un sistema de suspensión con vibración.

Todo ello se completa con un atronador y gutural motor emitido a través de altavoces de sonido envolvente y subwoofers. Los usuarios pueden practicar para su momento en la pista real, o corregir sus errores después de una sesión.

El hotel también tiene el Museo del Automovilismo de Fuji, que ocupa las dos primeras plantas. El espacio exhibe 40 vehículos que abarcan desde las épocas de competición más antiguas hasta las más modernas.

Por lo demás, todos los elementos decorativos y artísticos de la propiedad están inspirados en las carreras. Los logotipos tienen la forma del propio circuito, se exponen motores y piezas de vehículos relucientes, y las paredes están adornadas con carteles de carreras.

Más allá del circuito, el Fuji Speedway Hotel alberga el Omika, un spa y centro de bienestar de varias plantas, que incluye una piscina cubierta y un onsen tradicional, con baños calientes interiores y exteriores, una piscina fría y una sauna.

El monte Fuji también está presente aquí, no sólo con vistas directas del venerado pico desde los baños, sino también con el uso de sus aguas ricas en minerales.

Las opciones gastronómicas incluyen un restaurante asador robata, un restaurante italiano y un bar con cócteles y una amplia colección de whisky y licores japoneses.

Para los entusiastas de las carreras más adinerados, hay cinco villas que funcionan como lujosos escondites dentro de la propiedad de 120 habitaciones. Cada una de ellas dispone de un garaje acristalado para guardar y exhibir un vehículo destinado al circuito, además de espacios para el entretenimiento y un jardín vallado con césped que admite perros.

Yuniet Blanco Salas

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