Los destinos de todo el mundo claman por formas de energía más limpias, por lo que no es de extrañar que estén adoptando el transporte electrificado como una de las vías más rápidas para alcanzar ese objetivo.

El sector es responsable de cerca de una cuarta parte de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero; los barcos por sí solos son responsables de casi el tres por ciento, es decir, unos mil millones de toneladas métricas de CO2 al año.

Para evitar los peores resultados del cambio climático, las Naciones Unidas han fijado objetivos mundiales críticos de emisiones mundiales netas cero para el 2050. En junio de 2021, la Organización Marítima Internacional de la ONU, que supervisa la normativa sobre transporte marítimo, adoptó medidas a corto plazo para reducir la intensidad de carbono de todos los buques en un 40% para el 2030.

Mientras tanto, una nueva inyección de fondos -como la Ley Bipartidista de Infraestructuras de 2021 del Presidente Biden en Estados Unidos- está dando un impulso financiero a las innovaciones en torno a la tecnología de los transbordadores eléctricos.

Además de reducir la contaminación del aire y el agua, los transbordadores de pasajeros eléctricos ofrecen muchas ventajas a las comunidades locales. Los nuevos servicios de transbordador pueden descongestionar las carreteras y las rutas de transporte público existentes, al tiempo que permiten un transporte más limpio, rápido y directo.

Para los viajeros, las ofertas de e-ferry no sólo son prácticas, sino que pueden ser divertidas y ofrecer puntos de vista únicos y pintorescos. Un mayor número de rutas marítimas puede ser también un antídoto contra el turismo excesivo, al animar a los visitantes a explorar lugares menos trillados.

Por ejemplo, conocer los suburbios de Oslo resulta aún más atractivo si se navega por sus fiordos en un ferry de cercanías. También pueden maximizar el confort de los pasajeros al eliminar ruidos, humos y vibraciones, primas que benefician a la vida marina local.

En el floreciente mercado de los transbordadores eléctricos, o e-ferry, el negocio va viento en popa: El investigador de mercado Fortune Business Insights prevé que para el 2027 el mercado de los barcos eléctricos estará valorado en casi 11.000 millones de dólares, casi el doble que en el 2019.

El crecimiento del mercado también se ha visto impulsado por los recientes avances en la tecnología de baterías recargables, cada vez más ligeras, compactas y con mayor densidad energética.

Por supuesto, hay algunas advertencias. Los transbordadores eléctricos no obtienen los máximos beneficios si la red eléctrica a la que se conectan en el puerto no está alimentada por energía verde. También hay que tener en cuenta el impacto ambiental del desarrollo y la eliminación de las propias baterías.

Europa lidera la revolución de los e-ferries, sobre todo en Escandinavia, que ya es líder mundial en el uso de coches eléctricos. Entre los más destacados: El transbordador Candela P-12, con capacidad para 30 pasajeros, que empezará a probarse en Suecia este verano. Este transbordador hidroala, que será el barco eléctrico más rápido del mundo con velocidades de hasta 35 millas por hora, se pondrá en marcha la próxima primavera y prestará servicio entre Estocolmo y sus suburbios.

En Dinamarca, el e-ferry Ellen -el transbordador totalmente eléctrico de mayor autonomía del mundo, con 22 millas náuticas- debutará en el 2019, transportando coches y hasta 200 pasajeros entre las islas danesas de Ærø y Als.

En Asia se están llevando a cabo ambiciosos proyectos de e-ferry a gran escala: Bangkok ha encargado 30 nuevos transbordadores eléctricos, mientras que Kochi (India) y sus islas circundantes contarán con 78 buques electrificados, en lo que ya se considera la mayor flota de transbordadores eléctricos del mundo.

En Nueva Zelanda, el primer transbordador de pasajeros totalmente eléctrico del hemisferio sur se puso en marcha en Wellington el año pasado; la empresa australiana de fabricación de transbordadores Incat trabaja ahora en la construcción del mayor e-ferry del mundo, un monstruo impulsado por baterías con capacidad para 2.100 pasajeros que se estrenará en 2025 para transportar pasajeros entre Argentina y Uruguay.

Más cerca de las costas estadounidenses, los transbordadores turísticos de lugares tan populares como la isla californiana de Alcatraz, frente a la costa de San Francisco, y las cataratas del Niágara, en Nueva York, se han vuelto eléctricos en los últimos años. El año que viene habrá un ferry eléctrico entre Tiburón y Angel Island, en la bahía de California, y uno entre Brooklyn y Manhattan, en Nueva York.

Y, según Amy Thompson, portavoz de la Asociación Americana de Transporte Público, aún quedan más por llegar, gracias a la afluencia de fondos federales, una prueba más de que, cuando se trata de subirse a la ola del futuro, lo limpio y ecológico va por delante.

Yuniet Blanco Salas

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