Decidí visitar Nueva Delhi con gran entusiasmo, esperando una mezcla de historia, cultura y la vibrante vida urbana que caracteriza a la capital de India. Sin embargo, lo que encontré fue una experiencia llena de contrastes, que osciló entre lo impresionante y lo decepcionante.

Mi aventura comenzó en el Hotel TG Tashkent, que resultó ser un verdadero asco. Desde el momento en que llegué, supe que había cometido un error al reservar allí. La recepción era caótica, y el personal parecía desinteresado en ofrecer cualquier tipo de asistencia.

La habitación, lejos de ser un refugio cómodo, estaba sucia y descuidada. Las sábanas tenían manchas, el baño parecía no haber sido limpiado en días, y el olor a humedad era casi insoportable.

Además, el hotel estaba ubicado en una zona peligrosa, lo que hacía que regresar al hotel después del anochecer fuera una experiencia inquietante. No pude evitar sentirme inseguro y deseando haber elegido un lugar mejor para quedarme.

A pesar de la decepción con el alojamiento, no dejé que eso arruinara mi viaje por completo. Uno de los principales motivos de mi visita a India era ver el Taj Mahal, la joya arquitectónica de Agra, a unas horas de Nueva Delhi.

Este icónico monumento es conocido mundialmente por su belleza y significado histórico, construido por el emperador Shah Jahan en memoria de su esposa Mumtaz Mahal.

El viaje a Agra fue largo, pero la expectativa de ver el Taj Mahal mantuvo mi ánimo alto. Al llegar, el bullicio de los turistas y la impresionante vista del monumento a lo lejos era algo que no olvidaré fácilmente. Al acercarme, quedé maravillado por la intrincada arquitectura y la majestuosidad del edificio.

Sin embargo, debo admitir que aunque el Taj Mahal es muy lindo, la experiencia en sí fue un tanto decepcionante. La realidad no superó la imagen que tenía en mi mente, basada en tantas fotos perfectas que había visto antes.

El Taj Mahal es sin duda impresionante y vale la pena visitarlo al menos una vez en la vida, pero es uno de esos lugares que, para mí, se ve más bonito en fotos que en persona.

Después de visitar el Taj Mahal, regresé a Nueva Delhi con sentimientos encontrados. La ciudad tiene una energía única, con mercados bulliciosos, calles llenas de gente y una rica herencia cultural en cada esquina.

Sin embargo, mi estancia en el hotel y las áreas peligrosas que tuve que atravesar restaron un poco de la magia de la experiencia.

Con todo, mi viaje a Nueva Delhi fue una mezcla de lo sublime y lo desafortunado. Si bien el Taj Mahal cumplió con su fama de maravilla del mundo, el alojamiento y ciertas áreas de la ciudad me dejaron con un mal sabor de boca.

Si alguna vez regreso a esta ciudad fascinante, sin duda elegiré mejor mi alojamiento y planificaré mis visitas con más cuidado. Nueva Delhi tiene mucho que ofrecer, pero también requiere una buena dosis de preparación y precaución para disfrutarla plenamente.

Enrique Kogan

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí