Los pueblos flotantes del mundo son comunidades vivas que desafían la gravedad, donde la vida pulsa al ritmo de las corrientes, con casas en palafitos o barcas que se mecen como cunas eternas, ofreciendo una inmersión auténtica en culturas acuáticas que parecen salidas de un cuento ribereño.

A continuación, un ranking de los cinco más cautivadores, con detalles sobre su esencia, accesibilidad y costos aproximados para una experiencia de 3 días.

1. Ha Long Bay Floating Villages, Vietnam

Ha Long Bay, en el golfo de Tonkín, Vietnam, alberga cuatro hamlets flotantes como Cua Van y Vung Vieng, con 170 aldeas en palafitos que flotan sobre aguas esmeralda, donde pescadores locales en barcas de bambú venden mariscos frescos y narran leyendas del dragón que creó la bahía. Vivir como un local significa remar con ellos, comer pho de barco y dormir en casas de madera con techos de paja que crujen con las olas.

Con 6 millones de visitantes estimados, tours en kayak cuestan $20 USD por día, accesible desde Ha Long ($5 USD en bus). Hospedaje en homestays flotantes desde $50 USD por noche, con comidas incluidas. Es una vida vietnamita sobre el mar, donde el agua dicta el ritmo del día.

2. Ganvie, Benín

Ganvie, en el lago Nokoué, Benín, es la «Venecia de África», con 20,000 habitantes en casas de palafitos de madera del siglo XVI, construidas para escapar de la esclavitud europea, donde pescadores en pirogues estrechas venden tilapia frita y yams cocidos, viviendo en sincronía con las mareas que suben y bajan como un pulso colectivo.

Como local, únete a sus mercados matutinos o aprende a tejer redes en chozas elevadas. Con 100,000 visitantes estimados, canoas guiadas cuestan $15 USD, accesible desde Cotonou ($20 USD en taxi). Hospedaje en aldeas desde $40 USD por noche, con cenas comunales. Es una resistencia africana sobre el lago, donde la historia flota en cada ola.

3. Inle Lake Floating Villages, Myanmar

Inle Lake, en Shan State, Myanmar, comprende 17 hamlets flotantes como Yawnghwe, con 70,000 habitantes en palafitos de bambú sobre el segundo lago más grande del país, donde pescadores usan la técnica de remo con pierna para equilibrar redes, cultivando tomates flotantes y vendiendo en canoas que chocan con un ritmo hipnótico.

Vivir como local implica remar con ellos a mercados de seda y aprender a tejer en talleres elevados. Con 500,000 visitantes estimados, tours en bote cuestan $15 USD, accesible desde Nyaungshwe ($5 USD en tuk-tuk). Hospedaje en casas lacustres desde $60 USD por noche, con comidas de arroz glutinoso. Es una sinfonía birmana de vida acuática.

4. Kompong Phluk, Camboya

Kompong Phluk, en Tonle Sap, Camboya, es un hamlet flotante de 1,000 almas en palafitos de madera que se elevan 10 metros en la temporada seca, con casas que «caminan» sobre zancos sobre un lago que cambia de tamaño con las monzones, donde vendedores en barcas venden pescado ahumado y frutas flotantes, viviendo en un ciclo de inundación y sequía que dicta sus días.

Como local, ayúdales a pescar con redes o cocina amok en fogones elevados. Con 200,000 visitantes estimados, canoas guiadas cuestan $12 USD, accesible desde Siem Reap ($25 USD en tuk-tuk). Hospedaje en palafitos desde $45 USD por noche. Es un ciclo camboyano de resiliencia sobre el agua.

5. Kampong Ayer, Brunéi

Kampong Ayer, en el río Brunei, Brunéi, es un pueblo flotante de 30,000 habitantes en barcas de madera conectadas por puentes de bambú, con escuelas y mezquitas sobre el agua que reflejan minaretes en el río, donde pescadores locales capturan atún y venden en mercados flotantes que huelen a especias y sal marina.

Vivir como un local significa navegar en prahus a la mezquita Omar Ali Saifuddien o cocinar nasi katok en plataformas elevadas. Con 50,000 visitantes estimados, tours en bote cuestan $15 USD, accesible desde Bandar Seri Begawan ($5 USD en ferry). Hospedaje en casas flotantes desde $50 USD por noche. Es un Brunei malayo de armonía ribereña.

Yuniet Blanco Salas

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