Zagreb, la capital de Croacia, se presenta como una vibrante metrópoli situada en el corazón de Europa, con una rica historia que se refleja en su arquitectura, cultura y estilo de vida. Fundada en la Edad Media, esta ciudad combina elementos de lo antiguo y lo moderno, siendo un lugar donde se pueden apreciar desde impresionantes catedrales góticas hasta dinámicas zonas urbanas.

Ciudad Alta

Con su ambiente acogedor, Zagreb atrae tanto a turistas como a locales, quienes disfrutan de sus numerosos museos, cafeterías y espacios verdes.

La mezcla de tradiciones croatas y la influencia de diversas culturas a lo largo de los siglos hacen de Zagreb un destino fascinante para explorar y experimentar.

Mi aventura comenzó en la Ciudad Alta, donde me perdí entre las estrechas calles de Gornji Grad. Aquí se encuentra la impresionante Catedral de Zagreb. Con sus torres góticas que se elevan hacia el cielo, no pude resistirme a sacar una foto.

Museo de las Relaciones Rotas

El interior es igual de impresionante, lleno de hermosos vitrales que cuentan la historia de la ciudad.

Después de disfrutar de la catedral, decidí caminar hacia el cercano Museo de las Relaciones Rotas, un lugar único que cuenta historias de amor perdidas a través de objetos donados por visitantes. La idea detrás del museo es conmovedora y, mientras exploraba sus exposiciones, no pude evitar reflexionar sobre mis propias experiencias.

Mercado en la Plaza Dolac.

Desde allí, me dirigí al vibrante Mercado Dolac, un festín para los sentidos. Los coloridos puestos de frutas, verduras y flores frescas creaban un ambiente animado y acogedor.

Compré algunas delicias locales, como el famoso pastel de crema llamado «kremšnita», que disfruté mientras paseaba por el cercano Parque Zrinjevac. Este parque es un verdadero oasis en medio de la ciudad, donde me senté en un banco a observar a la gente y a respirar el aire fresco.

Parque Zrinjevac

Una de mis partes favoritas del viaje fue explorar la calle Tkalčićeva, una de las zonas más animadas de Zagreb. Llena de cafés, bares y boutiques, esta calle vibrante me invitó a probar un café croata y disfrutar de la vida local.

La mezcla de arquitectura histórica y moderna me recordó lo que es la esencia de Zagreb: un cruce entre lo antiguo y lo contemporáneo.

Teatro Nacional de Croacia

Por la noche, decidí visitar el Teatro Nacional de Croacia para disfrutar de una obra. El edificio, con su fachada dorada y majestuosas escaleras, es un espectáculo en sí mismo. La oferta cultural en Zagreb es rica y variada, y asistir a una representación fue la manera perfecta de sumergirme aún más en la cultura croata.

Finalmente, no podía irme de Zagreb sin subir al Teleférico de Zagreb que conecta la ciudad baja con la alta. Las vistas desde la cima son simplemente mágicas.

Allí, con la ciudad iluminada ante mis ojos, comprendí por qué Zagreb es considerada una joya en el corazón de Europa.

Mi viaje a Zagreb fue una aventura inolvidable llena de historia, cultura y gastronomía. Definitivamente, esta ciudad tiene un lugar especial en mi corazón y espero regresar pronto para seguir explorando sus encantos.

Enrique Kogan

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí